CUIDANDO AL CUIDADOR: CONSEJOS PARA CUIDARSE

 

Dra. Carmen Vivó Benlloch
Hospital U. P. La Fe de Valencia

Cuando un familiar nuestro cercano sufre una quemadura grave, dejamos nuestro rol
de pareja, madre o padre, hermano o hijo para pasar a convertirnos en su cuidador y
esto cambia súbitamente nuestra vida. Nos encontramos ante la tarea  más
complicada que hemos vivido y sin experiencia ni formación para llevarla a cabo.
Seguro que tratamos de hacerlo lo mejor posible pero no siempre obtendremos los
resultados satisfactorios que buscamos para la persona que queremos y que nos
necesita, ni para nosotros. Otras veces, el agotamiento físico y el estrés emocional
generado nos dejan sin capacidad de actuar de forma efectiva. Este texto pretende ser
una guía de recomendaciones sacadas de la experiencia que os ayudarán a cuidar de
vosotros mismos cuando la vida os ha puesto al cuidado de vuestro familiar y también
para ofrecérselo a amigos o familiares que se han hecho responsables del cuidado de
otros.

1. Aprende todo lo que puedas para ayudar de la mejor forma posible.

Confía en tu instinto. Habla de las cosas que te preocupan o no veas bien y
pregunta todas las dudas que te surjan en el día a día. Habla diariamente con el
médico, fisioterapeuta o enfermera que atiende directamente a tu familiar. Sé
claro y especifico con tus expectativas y plantéalas tal como las piensas o
sientes. La mayor parte del personal hospitalario hará todo lo posible para
contestar a tus problemas y dudas lo antes posible.

Por ejemplo, si ves un vendaje que se ha movido y no lo ves correcto, comenta
a la enfermera sobre su aspecto y pide que lo valoren para ver si precisa algún
cambio.

Si consideras un comportamiento no correcto o demasiado rudo por parte de
algún miembro del equipo asistencial, háblalo con el Supervisor de Enfermería

o con el Jefe Médico de la Unidad. Y
siempre puedes acudir al SAIP
(Servicio Atención e Información al Paciente).

2. Descansa, come y toma aire fresco cada día.

Tanto las responsabilidades derivadas del ingreso de tu familiar como las tuyas
propias, suponen una sobrecarga que para manejarlas bien es necesario que te
cuides.

  • Come de forma regular y sigue una dieta sana como si estuvieras
    en casa.
  • Tomate un descanso y date un paseo: esta simple actividad
    reduce el estrés y sirve para aliviar el impacto físico y emocional
    que supone la hospitalización de tu familiar en la Unidad de
    Quemados. Salir de la habitación de la Unidad a la sala de estar
    para familiares supone darte “un respiro “que repercutirá
    positivamente en
  • Planifica tu descanso nocturno. Dormir es sumamente
    importante para preservar tu salud física y emocional. Encontrar
    familiares o amigos para turnarse en el acompañamiento de tu
    familiar es indispensable para garantizar tu descanso y su
    cuidado.

3. Cuídate física, emocional  y espiritualmente:

Medita, haz yoga, mira una película, lee…Busca
aquello que funciona contigo y que es capaz de
reconfortarte. A veces puedes sentir que has dejado
completamente de lado tus necesidades. Piensa que
necesitas cuidar de ti mismo si quieres ser soporte de
otro. Necesitas unas pocas horas semanales
exclusivas para ti.
Es una cuestión práctica. Si tú no
estás bien, no podrá estar bien a quien cuidas.

4. Intenta que tu familiar sea lo más independiente posible.

Cuando permites que la persona a quien
quieres y cuidas hace algo por sí mismo, se
fortalece su autoestima, su dignidad y le
ayudas en su recuperación física.
Necesitan
mover sus manos y brazos y atender rutinas
como comer, ponerse ropa, utilizar el
móvil….son una terapia extra muy valiosa.

Piénsalo antes de ayudarle y deja que lo
intente por sí solo.¡¡ Eso es ayuda!!

5. No tienes que hacerlo tú solo.

Pide ayuda a otros familiares y amigos y si te la brindan ellos, acéptala. Créeme,
esto no es nada fácil de hacer. A veces resulta más fácil ayudar que tener gente
ayudándonos. Es un aprendizaje. Dales la oportunidad de sentirse útiles en la
recuperación de tu familiar ayudándote en otras tareas que precises. Esto te
quitará carga de trabajo y te permitirá dedicarte más a quien más te necesita
ahora. No olvides de dejar claras las tareas a tus hijos, si los tienes, ellos deben
ser responsables en este proceso.

Acude, cuando puedas y así te lo aconsejen en la Unidad, al procedimiento de
cura, bañoa los que es sometido tu familiar. Te enseñará la forma en que
deberás hacerlo, cuando se produzca el alta del hospital y la vuelta a casa.

6. Haz ejercicio físico para mantener a tono tu cuerpo.

Evita sobrecargas físicas
innecesarias pidiendo
ayuda siempre que lo
necesites. Mantén tu
cuerpo en forma aunque
sea andando de forma
rutinaria todos los días

(15-30 min) y haz una tabla simple de ejercicios diaria que tonifique tus
músculos y ayude a evitar contracturas por sobre-esfuerzo.

7. Busca soporte y consejo en grupos de apoyo.

Es difícil darle el soporte que necesita tu familiar si tú estás sufriendo física y
emocionalmente. Busca soporte y consejo en otros que hayan tenido o estén
viviendo una situación similar. Piensa que no eres el único en pasar por esta
situación.

No dudes en solicitar ayuda de un profesional si sientes emociones o
sentimientos ”fuera de control”, que no parecen ir mejorando con el tiempo o
sufres signos físicos de estrés. En la Unidad hay una psicóloga clínica que
atiende a los pacientes y familiares semanalmente. Coméntalo con la
enfermera o médico responsable.

Además, en nuestra Asociación “SEGUNDA PIEL”, disponemos de voluntarios
supervivientes a quemaduras y familiares, dispuestos a ofrecerte su consejo y
experiencia.

8.Intenta conectar con tus amistades y con la vida exterior mientras sigues al cuidado de tu familiar.

Es importante y bueno tomar un descanso de vez en
cuando aunque te perezca No cortes con el mundo exterior debes 

permanecer en contacto. Formas de contactar: salir a comer con amigos,
llamar a amigos o familiares para charlar, pasar el fin de semana en casa de un
amigo…

Dedicarte a cuidar a alguien a quien quieres y que está quemado, no es una tarea fácil
sino algo muy importante y que va a tener una gran impacto en su recuperación física 
y emocional. Es por ello que los cuidadores deben en primer lugar aprender a cuidarse
a sí mismos para poder continuar con esta imprescindible labor de ayuda.

Tanto los profesionales de la Unidad de Quemados como voluntarios y socios de la
Asociación Segunda Piel estamos a tu lado en esto. No lo olvides.